Una vez un perro y un gato se encontraron en el parque. El perro era muy grande, peludo y valiente. El gato ere pequeño y suave.
Un día el perro le dijo al gato que la gente decía que no podían ser amigos. Entonces el gato le contestó que no pasaba nada si ellos se lo pasaban bien jugando juntos.
Así que siguieron jugando y fueron grandes amigos.
Moraleja: no hay que hacer caso de lo que te diga la gente si tú estás bien.
LA VACA QUE RIE
Había una vez una vaca que vivía en la pradera con sus amigas las vacas Florencia y Jacinta.
Florencia y Jacinta siepre estaban sonriendo y movían sus cencerros con mucha alegría, pero la vaca de nuestra historia siempre estaba triste y solitaria y nunca se reía.
Un día, sus amigas las vacas se cayeron al suelo y nuestra amiga la vaca se rió tanto que nunca jamás volvió a estar triste. Desde aquel momento se tomó la vida con alegría y vivió feliz para siempre.
Moraleja: La vida hay que vivirla con alegría.
EL GATO DESOBEDIENTE
Érase una vez dos gatitos. Manolito era muy bueno y Paquito era muy desobediente.
Estaban jugando en el paque y su madre les llamó. Manolito fue corriendo a su casa y Paquito se quedó jugando y se mojó todo. Cuando llegó a casa, su madre le regañó tato que aprendió la lección.
Desde ese día, cuando su madre le llamaba para volver a casa, se iba corriendo con su hermano sin decir ni "mu".
Moraleja: Si no haces caso a lo que te dice tu mama, acaba regañándote.